La carrera de Saraya como luchadora profesional ha sido muy convulsionada. Incidentes que la pusieron en el ojo del huracán, malas decisiones en su vida personal y una carrera que en un momento se vio truncada por una lesión. A alguien ajeno al mundo del wrestling después de ver este film se le complicaría asimilar los sucesos reales posteriores a la historia contada, pues la película se centra en un momento más íntimo de su vida, pero que encaja mejor para un guión de este género.

Cabe resaltar el rol de los personajes secundarios, a pesar de que la protagonista siga el típico desarrollo de autosuperación, la relación con su familia, especialmente su hermano Zak, es lo que sostiene el peso de la película. El sueño de ambos hermanos es llegar a la grandeza de WWE, pero los motivos de cada uno son distintos. Para Zak es un sueño de la niñez, pero para Saraya es un escape. Al ser elegida para ir a Florida, ambos pierden esa motivación.

No quedé muy satisfecho con la representación dada del territorio de desarrollo, hasta cierto punto parecía un concurso al estilo de un reality que recuerda, irónicamente, a la idea original de NXT y no quedan claras las razones por las cuales alguien es elegido. Agradezco en algo la honestidad al aseverar de que la empresa reclute talento de campos no relaciones con el wrestling y el intento de reconocer el trabajo duro de estas personalidades, pero se quedaron cortos en ese aspecto.

En definitiva, la película trabaja bien con sus personajes, hace una buena representación de la relación de Saraya con su hermano, peca un poco en lo cursi del final, pero en general es una película disfrutable.

Serie animada sobre un crítico de Cine, donde el séptimo arte es lo que menos llega a importar, porque su protagonista con su singular personalidad es el que lleva todas las miradas.

Jay Sherman es un personaje inteligente y apegado a sus ideales, pero a la vez transmite una imagen de fragilidad, torpeza, glotonería, arrogancia y demás, provocando esto último que muy pocas sean las personas que son capaces de ver lo brillante que es. Jay se ve envuelto en varios conflictos donde tiene que poner a prueba todo en lo que él cree.

Los secundarios llegan a ser más que carismáticos, cada uno con una personalidad muy distinguible y atractiva, complementando de forma correcta con el estelar. Pero al ser una serie episódica, el desarrollo que llegan a tener entre ellos en un capítulo se pierde en el otro.

Desgraciadamente no ha envejecido bien, debido a las incontables referencia que hace a películas del momento, varias bien escritas y otras que son obvias o poco graciosas. Durante de la primera temporada llegan a ser breves y no cortan con el avance de la trama, pero en la segunda son más invasivas, extendiendo por mayor tiempo.

Una película decepcionante
El gran problema se encuentra en lo acartonado del protagonista. Sus motivaciones son poco tangibles; el legado de su padre jamas se muestra como algo transcendental en la personalidad de Hollywood Creed, solo esta ahí como algo muy superficial.

Innecesaria segunda parte, desarrollo ridículo, personajes ridículos y desenlace aun mas ridículo.